viernes, 27 de enero de 2012

Pobres Caballeros de Cristo, Traidores a la Causa

No podía faltar en este blog, el tema que inspira numerosas novelas, películas y batallas de argumentos. Este no es otro, que el misterio creado en torno a los caballeros templarios, la poderosa orden de los monjes-guerreros, que un buen día fue el brazo armado de la cristiandad, y al día siguiente, quemados en la hoguera.
Los misterios entorno a esta orden son muchos, tratemos de comenzar desde el principio.
Corría el año 1118 de nuestro señor, cuando varios nobles, franceses en su mayoría, cruzaron el mediterráneo, en pos de Tierra Santa. Siendo 9 en total, a la cabeza los guiaba Hugo de Payens, un noble de Troyes. Los demás eran  Godofredo de Saint-Omer, Payen de Montdidier, Archambaudo de Saint Agnan, Andrés de Montbard, Godofredo Bison, Jacques de Rossal y posiblemente Hugo de Champagne, que seria el promotor de la expedición, y con el cual, Hugo de Payens mantenía una relación de vasallaje. Si se han parado a contar los nombres, habrán caído en la cuenta de que suman 8, y no es un error, sino que, efectivamente, desconocemos la identidad de uno de ellos, pues su formación declara textualmente la cantidad de hombres presentes.
El rey Balduino I cede la mezquita de Al-Aqsa
a Hugo de Payens y su sequito

Retomando la historia, los caballeros se presentaron ante el rey Balduino I de Jerusalén, y le propusieron que bendijera la formación de una orden dedicada a proteger a los peregrinos en tierra santa, pero no se formaría en cualquier sitio, sino en la mezquita de Al-Aqsa. Para los que no lo sepan, los antiguos cronistas detallan que esa es la situación exacta, donde 1100 años antes había descansado el templo de Salomón, ahora en ruinas desde el asalto de Tito a Judea. De aquí el nombre de Templarios.
Bajo la supervisión del rey, los 9 caballeros juraron defender los caminos, y proteger a todo cristiano que quisiera habitar allí, y con eso, desaparecieron. Nueve años pasaron, desde que se firmo el inicio de la orden hasta que se volvió a saber de ellos, un tiempo en el que nadie paso a formar parte de los caballeros, un tiempo en el que según los estudiosos, pudieron excavar bajo la mezquita.
San Bernardo de Claraval
Seria en el 1128 cuando se celebraría el "Concilio de Troyes", donde San Bernardo de Claraval, reformador del cister y creador de "La Regla", pediría a todas las altas esferas católicas, que aprobasen canonicamente a la orden de los caballeros. Las normas por las que debian regirse los templarios, eran las mismas que habia propuesto San Benito, ligeramente modificadas, y que los propios cistercienses seguian con devoción.
A partir de aqui, todo lo relacionado con la orden fue en aumento, su popularidad, sus afiliados y como no, sus arcas.
Uno de los episodios con más interrogantes fue la promulgación de varias bulas papales hacia la orden, denominadas  Omne datum optimum (1139), Milites Templi (1144) y Militia Dei (1145).
En ellas se establecía que los pobres caballeros de Cristo, no respondían ante ninguna autoridad eclesiástica, salvo la del propio santo padre. Ademas, un pequeño truco, hizo que la orden, comenzara a acumular bienes incontables. Esto era que, todos los templarios, debian respetar el voto de pobreza, pero eso no incluía a la orden en sí. De esta manera, se les permitió recoger el diezmo en aquellos lugares donde posaran sus encomiendas, es decir, que la iglesia renunció a sus derechos sobre el dinero de los campesinos, para que lo recibieran estos. Varios autores afirman que esto sucedió ante una letanía de chantajes y amenazas al propio Papa, para que las ratificara, pero, ¿Qué tenia la pobre orden, que pudiera poner al patriarca de la iglesia contra las cuerdas? Obviamente, desechamos los pecados terrenales, pues eran bastante conocidos a nivel general.
Asi, los soldados de la cruz en el pecho (aunque tambien en el hombro, o la capa) se volvierón uno de los bandos mas poderosos de la Europa feudal. Fundarón "La Rochelle", un inmenso puerto, con todo tipo de embarcaciones, que miraba hacia el Atlántico. Si amigos, el Atlántico, y, teniendo en cuenta que America no seria descubierta hasta tres siglos despues, ¿Para que querian un inmenso puerto allí?.
Jacques de Molay
Todo fue magnifico para la expansión del Temple, llegando a participar en todas las cruzadas del momento, manteniendo el orden en Europa, gestionando los recursos de las encomiendas de manera inteligente, creando asi prosperidad en muchas zonas. Todo fue bien hasta la Septima Cruzada, cuando el rey Luis IX, solicito un enorme prestamo a la orden para pagar su rescate. Al paso de los años, los reyes recelaban del poder que tenia la orden, mas rica que ellos, mas aclamada, mas bondadosa y valiente, por lo que en el siglo XIV, se comenzo a dar importancia a la teoria de Ramon Llull, acerca de unificar todas las ordenes de mojes guerreros. La negativa de Jacques de Molay, ultimo Maestre del Temple, fue rotunda ante el papa Clemente V, lo que hizo que este iniciara un proceso terrible en su contra (Processus contra Templarios), en el que se les acusaba de sodomia, de blasfemia, herejia e incluso de negar la cruz.
Felipe IV, nieto de Luis IX, ideo todo un operativo para acabar con la orden de un solo plumazo, repartio correos por toda Europa, y dio la orden estricta de no abrirlos hasta el dia 13 de febrero de 1307.
Siete años pasaron hasta que toda la orden habia sido erradicada, o bien torturada para que condfesaran sus pecados. En 1314, delante de la Catedral de Notre-Damme, los ultimos templarios, entre los se contaba Jacques de Molay, fueron condenados por herejia y adoración al Baphomet (Una especie de busto al que supuestamente adoraban, que merece una entrada para el solo).
El coraje broto en el momento final en los labios de Molay, que volvio a gritar la inocencia de la orden, y por ello, sentenciado a expiar su blasfemia en la hoguera. Asi murio el ultimo gran Maestre, no sin antes dejar un recuerdo a sus asesinos, de una manera criptica, pero terrorifica;
« "Dios sabe quién se equivoca y ha pecado y la desgracia se abatirá pronto sobre aquellos que nos han condenado sin razón. Dios vengará nuestra muerte. Señor, sabed que, en verdad, todos aquellos que nos son contrarios, por nosotros van a sufrir." "Clemente, y tú también Felipe, traidores a la palabra dada, ¡os emplazo a los dos ante el Tribunal de Dios!... A ti, Clemente, antes de cuarenta días, y a ti, Felipe, dentro de este año..."»
En el plazo de un año, dicha maldición supúsose que comenzaba a cumplirse, con la muerte de Clemente V ( 20 de abril de 1314); de Felipe IV (según Maurice Druon, a causa de un accidente cerebrovascular durante una expedición de caza el 29 de noviembre de 1314).
Asi de un buen dia para otro, todo lo que supuso relación con el temple, fue borrado de la faz de la tierra, sus pertenecias divididas, sus deudores saldados, y un monton de vidas, eliminadas por Dios sabe que.
Es importante remarcar que el Clemente V antes de morir, retiro todos los cargos contra la orden, quizas en un deseperado intento por salvarse de la profecia de Jacques de Molay, al parecer en vano.
Los misterios de los Templarios nos siguen asaltando en cine y literatura, y quizas ninguno tenga una completa certeza de lo que ocurrio, pero los interrogantes siguen ahí, esperandonos. Esperemos que no por mucho tiempo.



Hasta la Próxima.

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