lunes, 23 de enero de 2012

Misterios de la Antropología, Los Cultos "Cargo"

Este, amigos, es uno de los casos mas interesantes que encontramos dentro de la antropología del siglo XX, pero pongámonos en situación para comprenderlo mejor.
La II Guerra Mundial había terminado con la victoria de los aliados, pero eso no significo el fin de las hostilidades, sino mas bien, el inicio de otro conflicto con Japón. Ante los hechos, que tragicamente recordamos como "Pearl Harbor", el gobierno de los Estados Unidos tomo la devota idea de ir tomando posiciones estratégicas, en pro de obtener la ventaja geográfica dentro del conflicto, formando nuevas bases, nuevos puertos, trasladando soldados, barcos y aviones de combate, todo por las distintas islas que poblaban el océano pacifico. He aquí donde los hechos se disparan vertiginosamente.



Grupos de Islas donde se dieron algunos casos de cultos "Cargo" (Foto de satélite)
  La mayoría de aquellas islas, eran pequeñas franjas de tierra emergida, practicamente todas de origen volcánico, pobladas además por aborígenes que en otros tiempos habrían viajado desde los distintos continentes, estableciéndose allí y formando pequeñas civilizaciones ajenas a todo lo que sucedía en el resto del mundo, justamente como las tribus amazónicas, para ellos el tiempo y el progreso se había detenido en algún momento del pasado.
¿Os imaginaís que ocurrió cuando estos hombres y mujeres aislados vieron aparecer el primer bombardero norteamericano? Pues lo único que su mente colmada de misticismo podía pensar, que los Dioses de sus cultos habían regresado.
Sin conocer los adelantos de la tecnología, ni saber que clase de gente habitaba a cientos de kilómetros de sus islas, solo podían explicar lo que veían, como antiguas profecías cumplidas.
Así, los isleños, que observaban como a cada día que pasaba, llegaban mas hombres blancos, con mas pájaros de acero voladores, con sus moles navales, mas altas que sus montañas, y sus armas, de las que no se podía escapar, no hicieron sino incrementar su devoción hacia estos soldados, a los cuales poco les importaba la conservación de su cultura, o que estos estuvieran viviendo una tremenda mentira tras otra.
Mas bien al revés, ya que estos vieron la pepita de oro en el fondo del rio, y utilizaron sus privilegios como "dioses", para hacer su estancia algo mas confortable.
El punto mas critico de esta experiencia, llego con los envíos de provisiones y munición, que el gobierno enviaba por avión a las nuevas bases establecidas. Cada cierto tiempo, un gran "Jumbo" arrojaba cajas varias a su paso por las islas, de manera que cayeran suavemente, balanceandose con los paracaídas que llevaban atados. Esas cajas que todos recordamos de las películas de genero bélico, que en sus laterales llevan serigrafiada la palabra "Cargo".
Y aquí es donde los habitantes de las islas tuvieron su evidencia acerca de la divinidad de sus invasores, los regalos místicos caídos del cielo, aquello que alabarían durante el resto de su existencia.
Con el paso de los días, la guerra volvió a terminar (Dando paso a la siguiente por supuesto), y las bases fueron abandonadas, los soldados volvían al hogar. Los aviones ya no surcaban los cielos, los barcos portaaviones no cortaban las tranquilas aguas, las imponentes fortalezas se rendían al paso de la hiedra, y los hombres veían como las deidades del viejo mundo, volvían a dejarles a su suerte, habían vuelto a fallarles.

Reproducción hecha por los habitantes de las islas
de una avioneta de combate

Muchas tribus entraron en razón, y abandonaron la creencia en los dioses de la América colonial, pero otras no. Reuniendo piezas de aviones, que nosotros considerariamos poco mas que chatarra, ellos crearon altares, y a día de hoy todavía se reza a los dioses que trajeron el avance a sus vidas, así como su capacidad para hacer llover dones de los cielos. Uno de los casos mas curiosos, es el culto a John Fromm, el cual se cree, que no es el nombre de un soldado, sino la típica formula de presentación norteamericana, I´m John from New York (Yo soy John de Nueva York).
En este caso incluso existen jabones comercializados en esas islas con el nombre del "dios", y claro, muchos lo consideran competencia desleal, ¿Quien no va a querer estar divinamente limpio?.
Sin embargo, este caso curioso, anecdótico e incluso divertido de leer, no es mas que un nuevo órdago a las creencias de los hombres occidentales. A mi mente regresan ahora las teorías de Erik Von Daniken, o las del español Juan José Benítez, cuando en sus libros hablaban de la procedencia de las mas antiguas culturas, a partir del contacto con civilizaciones mas avanzadas. A la luz de estos casos "cargo" ¿Quien sera el primero en levantar la mano para decir que estas eran unas ideas descabelladas e imposibles?.

Yo desde luego, no
Hasta la próxima

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