lunes, 20 de febrero de 2012

Elemental querido... ¿Moriarty?

¿Que se puede decir de nuevo acerca del mítico detective asesor? ¿Acaso algo quedo en el tintero, que pueda provocar el asombro de los lectores?
Esta semana me encontraba yo viendo la fabulosa serie de la BBC "Sherlock", cuyo papel principal ejecuta de manera metódica y perfeccionista Benedith Cumberbatch, en su ultimo capitulo hasta el momento.
La trama de este episodio (e intentare ser cuidadoso para no reventarle el final a nadie) se basaba en un excelente juego de persecución entre las dos mentes mas sagaces de este ficcional mundo, basado en los trabajos del siempre genial Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes y James Moriarty.
Este episodio, que hacia multitud de referencias a las cataratas de Reichenbach, tumba de ambos personajes en las novelas originales, dejaba una idea en el subconsciente del espectador bastante intrigante. En palabras de una de las inspectoras colaboradores del genial detective asesor, "Este tipo de personas jamas se conforma con resolver los crímenes, al final, cuando todo le sepa a poco, se cambiara de bando", hablando del señor Holmes.
Y es que no es la primera vez que se toma esta idea, por parte de autores reconocidos, debido a pequeñas pistas que el propio Conan Doyle dejo en sus revistas y novelas.
Michael Dibdin, en su obra "La ultima aventura de Sherlock Holmes", establecía un triángulo vicioso entre tres de los personajes victorianos mas nombrandos en la prensa de la época, es decir, los dos sujetos anteriores mas Jack el destripador, toda una bomba de ingenio, amparado en los momentos de acción trepidante y misterio. Y es que este autor no solo dejaba la idea de que Moriarty y el Destripador eran la misma persona, la una genial, con planes repensados y elaborados, y el otro una fuerza salvaje e incontenible, un ansia en su estado mas puro por extirpar vidas, unidos por una bipolaridad indescifrable. Pues no es ese el golpe de efecto, querido lector. El novelista Dibdin propone que le mismísimo Sherlock Holmes era en realidad otra división de la personalidad atormentada de ese circulo sangriento, que inconscientemente, creaba los planes para luego resolverlos brillantemente, posiblemente todo hilado por el hecho del aburrimiento.
Retrato de Sherlock Holmes, por Sidney Paget
donde se observa un cierto parecido
con el criminal.
James Moriarty, por Sidney Paget,
donde juega con cierto parecido
al detective
En un principio se canso de resolver crímenes de tres al cuarto, y creo en su psique una división, una perfecta personalidad paralela, que encarnaba al criminal mas grande de la historia. Tan opuesto en carácter y conocimientos, que nadie los relacionaria jamas. Una vez que Moriarty le supo a poco, decidió saltar a los crímenes mas salvajes, sin motivo alguno, mas que el placer de segar con su guadaña cirujana, las vidas de las prostitutas de White Chapel.
En las cataratas de Reichenbach, supuestamente Watson encuentra al verdadero Moriarty y descubre que es un actor contratado por el detective para hacer la escena creíble para los testigos, que los tres son los mismos, para al final observar la muerte de su mejor amigo entre la espuma del río, con su ideal y su figura destrozadas por la difamación de la verdad.
El caso es que Doyle dejo algunas dudas abiertas respecto de esta idea. En el caso de la muerte de los genios, Watson no capta bien la escena, y describe la caída como la de "dos figuras luchando hasta el ultimo aliento y perdiéndose en la brumosa agua". Ademas, resalta el hecho de que Sebastian Moran (la mano derecha de la red criminal de Moriarty), y Sherlock Holmes jamas se encuentran cara a cara, dejando entrever que si esto hubiera sucedido, la trama real se hubiera destapado.
Tampoco Irene Adler, alias "La Mujer" Llega a conocer el rostro del criminal asesor, y sin embargo Doyle deja miguitas hacer de un posible amor platónico entre los dos, al igual que con el detective.
¿Acaso no es plausible la idea de que la mente mas genial del mundo este contrariada, y se neutralice asi misma? Estas referencias hacen ver la genialidad del autor, que mas de un siglo después de las primeras ediciones de sus novelas, aun dan pie a nuevas teorías y enigmas.
Animo a todo el mundo a recuperar estos clásicos tan de moda ultimamente, aunque solo sea por darnos otra visión, eso si, mas clásica, del inicio del canon Holmesco. Una maravilla de la literatura inglesa, que suele andar olvidada por nuestras estanterías, y que puede ofrecernos muchas horas de deducción e ingenio, en clave de diversión.


Hasta la Próxima

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